Preguntas habituales sobre las bicicletas reclinadas

¿Qué es eso?

Se llama bicicleta reclinada. Lo de «reclinada» se refiere a la posición del conductor. También se llaman, aunque menos frecuentemente, bicicletas horizontales. En inglés las llaman recumbent bicycles, recumbent bikes, recumbents o simplemente bents. También hay triciclos reclinados.

¿Son cómodas?

En realidad la pregunta habitual que suelen hacerme es: Eso tiene que ser muy incómodo, ¿verdad? Es curioso cómo relacionamos comodidad con familiaridad…

Son muy cómodas. Los asientos de reclinada son más grandes y uno va sentado de verdad, no encaramado sobre un pequeño sillín que suele provocar entumecimiento y roces. El manillar puede estar tanto arriba del asiento, a la altura de los hombros, como debajo del asiento en una posición en que los brazos cuelgan de forma natural. Esta combinación hace que montar estas bicis sea muy agradable, y que los viajes largos no provoquen tensión en el cuello, dolor de culo ni de muñecas.

Son tan cómodas que, una vez las pruebas, evitarás volver a subirte en una bicicleta convencional.

¿Son difíciles de montar?

No. Quizá te lleve un poco de tiempo hacerte con el tacto de la bici. Hay tantas variedades como entre las bicis convencionales: unas son rápidas, de carreras, y otras son suaves y estables, de cicloturismo. Otra cosa que tienes que tener en cuenta es que al pedalear en una reclinada usarás músculos diferentes que en una bici convencional, de modo que aunque seas un buen ciclista, tendrás dificultades para subir cuestas hasta que desarrolles estos nuevos músculos.

¿Suben cuestas?

Por supuesto que suben cuestas. Algunos piensan que no se puede subir cuestas en una reclinada porque no es posible ponerse de pie sobre los pedales.

Es cierto que al pedalear de pie se usa un grupo de músculos diferente, lo que proporciona un descanso al grupo de músculos habitual. En una reclinada esto no es posible, hay que usar siempre el mismo grupo de músculos. Bien mirado, esto tiene la ventaja de que una vez estén en buena forma dichos músculos, siempre estaremos en condiciones de pedalear cuesta arriba. Por otra parte, el pedalear apoyado contra un respaldo es una gran ventaja, pues permite empujar los pedales con más fuerza que la que proporciona nuestro peso al pedalear de pie en una bicicleta convencional.

Las reclinadas suelen ser más lentas cuando suben las cuestas, pero mientras uno no deje de pedalear la bici sigue subiendo. Y si pierdes algún tiempo en la subida no tienes de qué preocuparte porque lo recuperarás con creces en las bajadas y en los llanos.

¿Son más rápidas?

En las competiciones oficiales de la IHPVA todas las marcas de velocidad las logran reclinadas o semirreclinadas. Esto es una prueba de que, en general, una reclinada suele ser más rápida que una bici convencional.

Pero seguro que la pregunta que de verdad querías hacer es: ¿Iré más rápido en una reclinada? Y entonces la respuesta es: Quizá.

Hay muchos factores a tener en cuenta: cuánto tiempo llevas montando en bici, cuánto has practicado en la reclinada, el peso y el tipo de bici, la topografía (de colinas, montañosa o llana)… Dado que el factor más determinante que limita la velocidad de cualquier tipo de bici es la aerodinámica, si de verdad quieres ir rápido usa una reclinada con un carenado bien diseñado, preferiblemente completo. En este caso la respuesta es «sí», las reclinadas son más rápidas.

¿Son difíciles de ver?

En una reclinada larga uno va sentado más bajo que en una bici convencional. En ese caso es posible que quieras hacerte más visible. Se puede lograr poniendo un banderín a la bici en el extremo de una varilla extensible, así como vistiendo casco y ropa de colores llamativos. Pero en una reclinada corta no hay tanta diferencia de altura con las bicis convencionales.

Lo que sí es seguro es que, como las reclinadas no son aún muy frecuentes, enseguida llaman la atención. Si viajas en una bicicleta convencional probablemente seas invisible para los coches, pero si lo haces en una reclinada ten por seguro que no solo te verán bien, sino que aminorarán la velocidad para poder mirarte…

¿Cómo se dirigen?

Hay dos tipos de manillares de reclinadas: bajos (por debajo del asiento) y altos (por encima del asiento). Sus siglas en inglés son, respectivamente, USS (o BSS) y ASS (u OSS).

Los manillares bajos van situados justo debajo del asiento. Para hacerte una idea, siéntate en una silla y deja caer tus brazos a ambos lados con naturalidad. Esa es la posición que tendrían en una reclinada de manillar bajo. Esta posición tiene la ventaja de que los brazos están totalmente relajados, lo cual es muy beneficioso en largos recorridos. La desventaja es que la resistencia al aire es mayor. Por otra parte, necesitan un poco más de tiempo para acostumbrarse.

Los manillares altos suelen estar situados a la altura de los hombros del conductor, y le dan a la bici un aspecto de moto chopper. A pesar de eso, son más parecidos a los de una bici convencional, y por tanto más fáciles de usar al principio. Otra ventaja es que la aerodinámica es mejor, pues los brazos ofrecen menos resistencia al aire que en los manillares bajos. Como contrapartida, la posición de los brazos no es tan relajada como en los manillares bajos, lo que se nota en largos recorridos (aunque sí es más relajada que en una bici convencional, en que los brazos soportan un 40% del peso del ciclista).

¿Son un invento reciente?

Las reclinadas existen desde el siglo XIX con el Velocípedo de MacMillan y la reclinada de Challand. En 1933 Charles Mochet construyó una reclinada de posición supina llamada Velocar.

El Velocar de Mochet, montado por el ciclista francés Francis Faure empezó a ganar en casi todas las competiciones en que participaba, hasta batir la marca mundial de la hora en París, el 7 de julio de 1933. Desgraciadamente, la UCI no reconoció la nueva marca y además modificó sus normas para que a partir del 1 de abril de 1934 las reclinadas no fueran consideradas «bicicletas» y no pudieran participar en las competiciones oficiales. Esa es la razón por la que las reclinadas no son más populares, y pocos fabricantes de bici las producen. La historia de la bicicleta reclinada es tan poco conocida como interesante.

Otra consecuencia de la decisión de la UCI es que, durante más de un siglo, desde la aparición en 1884 en Inglaterra de la Rover Safety Cycle (Bicicleta Segura Rover), el diseño básico de los cuadros de bicicleta no ha cambiado apenas nada.

Afortunadamente, gracias a la iniciativa de particulares y asociaciones con visión de futuro, el interés por las bicicletas reclinadas se está recuperando desde la década de 1980.

¿Qué tipos hay?

La diferencia más destacable entre los diferentes tipos de bicis reclinadas es la longitud. Lo que se mide es la batalla, es decir, la separación entre los ejes de ambas ruedas. Según esta medida, las bicis reclinadas se dividen en cortas, largas y largas compactas. Frecuentemente se denominan con las siglas en inglés correspondientes, que son respectivamente SWB, LWB y CLWB.

Una reclinada corta suele tener una batalla de entre 83 y 114 cm. Su rueda delantera está por debajo de las rodillas del conductor o un poco por delante de éstas. Llevan el pedalier montado en un espolón por encima y delante de la rueda delantera. Son rápidas de conducir y fáciles de maniobrar. Además son más pequeñas que los demás tipos de reclinadas, por lo que se pueden transportar más fácilmente en tren, metro, bus, coche, etc.

Una reclinada larga suele tener una batalla de entre 165 y 180 cm. El pedalier está situado entre ambas ruedas y el conductor suele ir lo bastante cerca del suelo como para poder poner los pies en este sin extender las piernas. Su conducción es bastante suave, cómoda, rápida y estable, pero debido a su longitud y a que no pueden maniobrar con rapidez, pueden ser difíciles de usar en medio del tráfico o en caminos estrechos.

Una reclinada larga compacta suele tener una batalla de entre 115 y 164 cm. El pedalier va montado, igual que en las reclinadas largas, entre ambas ruedas, pero más cerca de la rueda delantera y a mayor altura. Son las más fáciles de conducir al principio. Tienen buena respuesta, son muy estables, y con un asiento algo más elevado son más visibles, lo que las convierte en una estupenda opción como bici de transporte urbano.

Aún voy lento. ¿Qué tengo que hacer para ir más rápido?

Dado que lleva cierto tiempo desarrollar los músculos de las piernas que se usan en las reclinadas, cuanto más practiques antes ganarás en velocidad, dependiendo de la intensidad del entrenamiento y de tu forma física. Pase lo que pase, ¡no te rindas!

¿Por qué no las usa todo el mundo?

Una bici reclinada sería, para la mayoría de la gente, un vehículo más adecuado que una bici convencional. Esto es algo que se puede demostrar de forma objetiva. Entonces, ¿por qué no las usa todo el mundo?

En primer lugar, porque la mayoría de la gente ni siquiera sabe que existen. El que algo sea bueno no quiere decir que sea conocido. La mentalidad dominante nos hace creer que solo existe aquello que sale en los medios de comunicación, principalmente en la dañina televisión. Afortunadamente no es así: hay mucha vida y muchas cosas fuera del cerrado círculo del interés de los medios.

Pero aun conociéndolas y sabiendo de sus importantes ventajas, ¿empezará la gente a usar las reclinadas? La respuesta normalmente es «no». El ser humano no se mueve principalmente por motivos racionales. Uno de los principales motivos para hacer o dejar de hacer algo es el miedo: miedo a un peligro, sea este real o supuesto; miedo a la opinión de los demás; miedo a ser diferente al grupo.

En el caso de las reclinadas, principalmente se trata de una cuestión de imagen. La bicicleta convencional la relacionamos con los ídolos del ciclismo y las grandes competiciones. Incluso la bici todoterreno, que hace años era una manía de unos pocos locos alternativos y estrafalarios, ahora los fabricantes y vendedores la promocionan como parte del estilo de vida consumista, junto a las gafas de sol y los refrescos. Una vez que una actividad ha alcanzado ese nivel, quiere decir que el mercado se ha adueñado de la mente del público, y entonces ya no hay argumento racional que le haga cambiar de opinión.

Me resulta muy gracioso, y a la vez muy triste, ver por las ciudades y los pueblos a niños y mayores montados en incómodas y duras bicicletas todoterreno a la moda (los pocos que van en bicicleta, lo que ya es un gran mérito), cuando irían mucho más cómodos y rápidos en tradicionales bicicletas de paseo… Pero esa es la manera en que hemos dejado que «amaestren» nuestra mente, y por eso el consumo irracional funciona.

Las reclinadas siguen pareciendo raras y extrafalarias… lo que significa que la gente «importante» no va montada en ellas.

¿Hay alguna empresa española que construya bicicletas reclinadas?

Bicicletas no, que yo sepa; pero sí triciclos: La empresa catalana Bicicletas y triciclos JM fabrica triciclos reclinados.

El fabricante de bicicletas reclinadas más cercano que conozco está en Francia, en Lege Cap Ferret, a unos 200 km de la frontera española. Se llama Airodin Sports y fabrica modelos de la marca Optima, aunque la sede principal de Optima está en Países Bajos.

Otro fabricante cercano está en Italia: Ecobent fabrica y vende bicicletas reclinadas que no son más caras que las convencionales.

¿Quién vende bicicletas reclinadas en España?

Conozco dos empresas que importan y venden bicicletas reclinadas en España: Bike Tech en Barcelona y 3ike en Madrid.